A la sesión de cuentacuentos de Lobos y dragones del Festival Eñe vinieron Elmo y Ari con la abuela, Javier con un parche pirata, Matilde con su habitual saco de preguntas de los porqués y Omar escondía bajo su brazo menudo un cuento de brujas para enseñármelo. Y vinieron muchos más hasta llenar la sala.
La velada de cuentos transcurrió en un plis-plas, como una ráfaga de aire cálida y suave. Conté las dos sesiones seguidas sin que ninguno nos enterásemos de las manillas del reloj. Qué mágicos son los cuentos. Por el Festival Eñe andaban también desperdigados amigos escritores. Al final de la tarde me fui con Enrique, Pablo Albo y Nelson Calderón a tomar unas cañas al bar de enfrente, que en el Círculo de Bellas Artes ya nos habían asustado al cobrarnos 6€ por dos cafés.
Las tres fotos de mi sesión de cuentacuentos en el Festival Eñe las hizo Paola Maulén. Gracias Paola.
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