En Lanzarote, a dos islas de distancia de donde escribo estas líneas, ha fallecido José Saramago. Y yo siento que cada vez que un gran escritor, un Titán, muere el jardín se va despoblando.
Somos muchos los que sentimos la pérdida de este "aprendiz" de escritor, como se presentó en la Academia Sueca cuando recogió el Premio Nobel de Literatura. Se me hace difícil imaginar a alguien que no conozca alguno de sus libros. Anque pensándolo bien quizá si sea posible. En 1998 fue memorable la metedura de pata de la entonces ministra de cultura española, Esperanza Aguirre, cuando en una entrevista televisada le preguntaron que opinaba de Saramago al que acababan de dar el Premio Nobel de literatura. Y Esperanza Aguirre respondió que ella no conocía a esa señora que se llamaba Sara Mago.
Me arrepiento de haber dejado para otro día el visitarle en Lanzarote, el no haber ido a alguna de sus últimas conferencias. "Tienen razón los escépticos cuando afirman que la historia de la humanidad es una interminable sucesión de ocasiones perdidas." (de su libro "El viaje del elefante").
Feliz viaje, maestro Titán.