domingo, 11 de mayo de 2008

Lo mágico


En la primera planta del mercado de abastos, junto a la panadería, el abuelo Emilio tenía un tenderete donde vendió todo tipo de historias a tres pesetas. Sobre todo triunfaba con sus “1002 secretos de la Ruta de la seda” que decía que eran más importantes que las “Mil y una noches” porque los suyos tenían un cuento más. Los vendía a modo de fascículos de la época, uno al día. Y siempre a la misma hora, las cinco de la tarde. Allí acudían los niños a comerse un cuento por merienda. Le escuchaban embobados y eso que el abuelo Emilio tenía cara de mala leche.

De él aprendí que las verrugas en la nariz salen por no comer manzanas, que a los peces se les pesca por bocazas, que la Luna sabe a queso y que el lobo de Caperucita existe de verdad y va disfrazado de hombre normal que te sonríe, te da un caramelito y luego te come.

22 comentarios:

Enrique Páez dijo...

Jo, que bonito. Anda, vamos, que te invito a cenar para celebrarlo. Besos.

carmen dijo...

Qué chulo, el tenderete del abuelo Emilio. Me encantaría haberme pasado por él.
Muy bueno, Bea.
Besos
Carmen

Mi vida en 20 kg. dijo...

Y el te enseño a contar tan lindo???
Besos para tu abuelo.

Beatriz Montero dijo...

Enrique: no serás un lobo, ¿verdad?. A ver enséñame la patita. Besitos.

Carmen: muchas gracias. El mercado de abastos ya no existe, ahora es un parking. Besos.

Mi vida en 20 kg: digamso qu eél me lanzó a contar. Le daré los besos. Otro para ti.

UNA dijo...

Pocas cosas alimentan más y mejor que un buen cuento.

Nut.

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

bonita historia, llena de enseñanzas. Los abuelos son pozos de sabiduría. bEsos.

LUCIA-M dijo...

Y que verdades tan importantes y necesarias aprendiste del abuelo Emilio.

Muy boniot. Un beso

Chiki dijo...

Ay, cuántos cuentos de Cperucita tendríamos que haber contado para evitar males mayores. Me quedo con su versión, si no te importa, que tengo niños en edad

Besos
Chiki

Anónimo dijo...

Esta historia, me recuerda que tuviste un abuelo que se llamaba Emilio, pero no tenia "tenderete" luego no vendía historias "tampoco tenia cara de mala leche" eso si un poquito "refunfuñon" pero un buen abuelo.
Un abrazo, José

josef dijo...

Hey Ese era un abuelo de verdad!!! Excelente Bea. Un abrazo!

Juanjo Merapalabra dijo...

Ese abuelo tenía razón a los bocazas se les pesca como peces, jejejeje. Bonito post, ya me gustaría saber aunque fuera uno de los 1002 secretos de la Ruta de la seda. Ojalá los nietos si alguna vez conocemos alguno nos recuerden como a ese abuelo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Cómo me ha gustado lo de merendar cuentos. Qué pena que esto también se haya ido.

Mi vida en 20 kg. dijo...

Deberias venir a contar cuentos a los niños latinos de Egipto.

Beatriz Montero dijo...

Nut: Es verdad, que alimenta mucho. A ver si conseguimos que la Organización Mundial de la Salud lo califique de alimento básico. :)

Fernando: los abuelos son pozos sin fondo. Besos.

Lucia_m: gracias. Saber lo del lobo, ayuda. no te creas. Un beso.

Chiki: Te doy la razón, para los peques la versión de Caperucita de toda la vida. Besos.

Jose: bueno, vale, está bien. No tenía cara de mala leche, solo refunfuñaba. Y es verdad que el abuelo era muy bella persona, y un poquito refunfuñón, jejeje. Pero coincidiremos en que contaba unos cuentos buenísimos. Besos.

Moderato_Josef: era un abuelo, abuelo. Un saludo.

Juanjo Merapalabra: a ver si algún día coincidimos contando cuentos y te cuento uno de la Ruta de la Seda. Los 1002 de golpe, no. Que te pueden entrar impulsos asesinos hacia mí. Un beso.

Pedro: sí, ahora se merienda bollos industriales. Ains.

Mi vida en 20kg: pues no me lo digas dos veces que voy. Que ya tengo ganas de volver a Egipto, y más desde que leo tu blog. Un beso

Bibiana Fernández Simajovich dijo...

¡Que mas decir! ¡Cómo no vas a ser cuenta cuentos si tuviste un abuelo así!, y si te lo inventaste...¡Cómo no vas a ser cuentacuentos si inventas tan bien!

Chiki dijo...

Que me he explicado fatal, creo. Me quedo con la versión de tu abuelo para contarla a mis niños, que tienen edad de saber que el ni el lobo ni el cazador son de fiar.
Besos
Chiki

Anónimo dijo...

(*) Mil y dos secretos de vida a los que tuviste acceso para fortuna tanto de tu palabra como de nosotros, que ahora la recibimos.

Enrique Nieto dijo...

Ahí va! yo tengo verrugas y es verdad que no como manzanas.

Mi vida en 20 kg. dijo...

Bueno, te lo digo por segunda y ya te vienes...."Podrias contar cuentos en Egipto" ya esta.

Aca hay dos posibilidades, con el instituto Cervantes o el el Club de Damas de habla hispana, te asegruo que ambos estarian interesados en hacer una actividad para los niños, ambos trabajan en mantener las raices y el idioma.

A mi me encantaria que mis hijas fueran a escuchar cuentos en español, un beso y me cuentas.

Haldar dijo...

Que linda historia!!! Yo tuve la suerte de merendar historias contadas por mi abuela.

Besos...

Beatriz Montero dijo...

Una Et en Euskadi: gracias. Si lo de contar trae cuento :)

Maraña: queda aclarado. Besos.

Anónimo: gracias por tan lindas palabras.

Botijo de oro: ¡Qué no comes manzanas! pues vas a ver tú cuando seas ancianito.

Mi vida en 20 kg: jo, gracias de verdad. Me apetece mucho. Vamos a ver como sale todo. Un beso.

Haldar: pues con esas merendonas seguro que creciste fuerte y sanote. Besos.

Sin Paliativos dijo...

Muy bueno esto de la verruga en la nariz jajaa un post muy nostálgico y divertido

Saludos