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-Algo así -le respondo y nos reímos.
Fer pidió un voluntario entre los niños. Todos levantaron las manos, pero Issac que estaba en la primera fila levantó los dos brazos: Yo,yo,yo. Fernando sacó a Issac y le dió instrucciones:
- Te vas a poner aquí, junto a Bea. Y vas a ser Iván Ivanovich.
- ¡Bien, bien!- salta el niño.
- Y yo voy a hacer de mosca y me voy a poner debajo de tus manos. Cuando empiece a hacer el zumbido de la mosca tú tienes que hacer como si la atraparas. Para ello das una palmada con las manos. Así. -Fer da una palmada sonora a modo de ejemplo- ¿Es fácil, verdad?
-Si, si -responde Issac emocionado.
Fer se puso de cuclillas debajo de las manos abiertas de Issac, que se tomó muy en serio el papel de Iván Ivanovich. Fernando continuó la narración:
Iván Ivanovich empezó a escuchar el zumbido de la mosca: bzzz,bzzz,bzzz. Abrió un ojo y ….
Issac, muy serio, abrió el ojo derecho y el izquierdo lo dejó cerrado. En una especie de guiño forzado. Fernando siguió con el cuento:
Iván Ivanovich siguió el movimiento de la mosca y cuando la tuvo delante de sus ojos, separó los manos. Y dando una palmada, la atrapó.
Cuando Issac escuchó que Iván Ivanovich atrapaba a la mosca, abrió todo lo que pudo las manos y las cerró con tal fuerza contra las orejas de Fernando, que éste cayó al suelo de la torta que le propinó el crio.
Fer: Oye chaval, tú no sabes lo que es dar una palmada al aire.
Issac: ¿No lo he hecho bien? ¿No tenía que atrapar a la mosca?
Es una antigua iglesia que se ha convertido en un templo de libros. Puedes llegar hasta allí montado en bici, y aparcarla dentro de la librería.2) El Ateneo en Buenos Aires.
Un antiguo teatro convertido en librería. Se encuentra en la Avenida Santa Fe en el Barrio Norte. Además te sirven un cafelito y para los más golosos bizcochos con dulce de leche.
3) Livraria Lello en Porto, Portugal.
Esta librería abrió sus puertas en 1881. Los libros se esconden entre columnas de madera. Al fondo una escalera te lleva hasta el cielo. En el segundo piso te puedes tomar un descanso, un café y admirar las exposiciones de arte que tengan. En Portugal el café es algo cargado, pero aquí sabe de otra manera. El precio de los libros, es igual que en otras librerías.
Porto, Oporto en español, está muy cerquita de aquí. Un billete de avión Madrid-Porto te puede salir por 50€ ida y vuelta con tasas incluidas.
La librería está en Rua das Carmelitas (al lado de la Torre de los Clérigos) 1444050-161 Oporto.
4) Secret Headquarters comic bookstore, en Los Angeles.
Es una librería especializada en comics. Una joyita. Se encuentra en 3817 W. sunset Boulevard, los Angeles, California 90026.5) El Pendulo, en México.
Esta Cafebrería nació en 1992. La librería alberga también un centro artístico y un restaurante donde tomar frijoles y guacamole entre libros. Si entras en su página web podrás ver más fotos de esta moderna cafebrería.
6) Hatchards en Londres.
Es la librería más antigua de Londres. Fundada en 1797 se encuentra en 187 Picadilly. Tiene, ni más ni menos, que seis pisos unidos por una escalera central de caracol. Aquí puedes encontrar cualquier tipo de libro. Entre sus clientes figuraron: Disraeli, Oscar Wilde o Lord Byron.
En el periódico The Guardian puedes ver una selección que hicieron de las diez mejores librerías del mundo.
Hoy el barrio de Lavapiés, el barrio “chino” de Madrid, vuelve a estar de fiesta. Este barrio poco tiene que ver con ese Lavapiés gris que recuerdo de pequeña. Un barrio de pisos pequeños y baños comunitarios. Donde vivían o más bien sobrevivían ancianos. Luego se animó con la llegada de parejas jóvenes que buscaban un alquiler barato en el centro de Madrid. Antes del boom de la inmigración, solo conocía dos personas negras: mi compañera de instituto Olga y el amigo de mi hermano, Raúl. De a poquito el barrio se fue llenando de inmigrantes: dominicanos, árabes, senegaleses, chinos, indios. Y con ellos fue desapareciendo el mundo grisáceo de Lavapiés. Mi peluquería empezó a ser “Miss”, regentado por dominicanas que me depilaban entre música de salsa y telenovelas colombianas a todo volumen. Después de la depilación, con las piernas a rojo vivo, me echaban colonia. Pa cerrar los poros, mi amor- me decían. Los amigos nos reuníamos en las teterías árabes, donde siempre caía un pastelito de miel. Y un sábado si y otro también cenábamos tikka masala, rollito de primavera, kebab o pulpo a la gallega.