Después de
tomarnos una sopa Laksa, Enrique vio en una tienda de relojes y bolsos en el !st Avenue mall de Penang (Malasia), un reloj de pulsera blanco con la esfera
grande y los números en chino.
- Mira
qué bonito -me dijo.
Costaba 17,50 MYR, que al cambio son como 4,50€. Pero si se compraba dos relojes se lo dejaban en 25 MYR.
- ¿25 MYR?
Eso sí que es una ganga.
Enrique ni se lo pensó. Sacó los billetes y los compró. Una hora después uno de los relojes dejó de funcionar. El dependiente le dijo que se lo
podía arreglar pero no cambiar.
Era una
solución, pensó Enrique. El chico corrió mall arriba y mall abajo, en busca de unas pinzas para arreglar el reloj. Retiró la cubierta de metal que contenía las piezas internas, trasteó en el mecanismo, le dio dos golpes, y el reloj volvió a vivir.
Mientras tanto al
otro reloj ganga se le despegó la trabilla de la correa, y Enrique le colocó pegamento que encontró en una estafeta de correos. El reloj en rebeldía paró
sus manillas a las 5: 43 de la tarde. Y el otro reloj se solidarizó con él y desconectó sus engranajes minutos después.
-Van a ser las
pilas que están agotadas.
Un amable y
arrugado relojero chino de la calle Campbell le vendió dos pilas nuevas por
8 MYR.
Yo no tenía
ninguna esperanza de que los relojes resucitaran, Enrique sí. Pero los relojes no funcionaron ni con pila
nueva.
-Es el segundero,
ya verás.
El mismo relojero
chino les extirpó los segunderos en una operación a corazón abierto por 40 MYR más. Y lo cierto es que entre
paradas cardíacas, las agujas hacían intentos tímidos por sobrevivir.
-Son muy bonitos,
tienes que reconocerlo -me dijo.
El relojero chino
ya no pudo hacer más por los relojes, y los da por muertos:
-Made in China,
no good., Bad clock.
Pero las gangas
siguen acechando a Enrique y esta
mañana se ha comprado unas sandalias Larrie (marca china) por 89 MYR, desoyendo
mi queja para que se comprara otras de marca Camel que costaban el doble.
-Que no Bea, que
estas son muy bonitas.
Las ha comprado,
se las ha puesto, y doscientos metros después la suela de la zapatilla derecha
se ha agrietado.
-¿Pero son
bonitas, o no?
Al menos no las llama ganga.
2 comentarios:
¡El reloj es muy bonito! ¡Tiene razón Enrique! Yo tambien lo huboera comprado. La vida es breve, pero hermosa. Estoy seguro que los pocos pasos que dio Enrique con sus hermosas y baratísmas sandalias fueron muy placenteros. O sea que al final sí fue una ganga. Un fuerte pero breve abrazo.
Basilio
Basilio: que no,no,no, que no hay que alimentar al monstruo come gangas, que aquí hay muchas. Ains. Gracias por el abrazo ganga, jajaja. Besitos.
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