sábado, 22 de enero de 2011

Contando cuentos en Marruecos III


Rabat tiene tranvía, muy moderno. Lleva funcionando desde hace poco. No hay señalización de las vías así que no se sabe por donde te va a venir, sobre todo en los cruces donde las raíles se interseccionan. Pero han encontrado una solución: hacen pitar el tranvía a su paso. Y aún así, me han contado que ya ha habido algún accidente. La gente camina por sus vías como por una zona peatonal.

Rabat es una ciudad con encanto, bonita. Tiene una extraña mezcla entre modernidad y pasado. Las terrazas de sillas de diseño se mezclan con los puestos callejeros de pan de pita hechos con una tabla de madera encima de dos neúmaticos. Los zapateros o los limpiabotas siguen siendo oficios valorizados. A mí me arreglaron la cremallera rota de mi bota por 1 euro en diez minutos. En Tenerife hubiera tenido que tirar la bota porque no se encuentran zapateros que lo arreglen.

2 comentarios:

burgalés en Edinburgh dijo...

Tengo un vecino marroquí,y aunque he divisado Marruecos a este lado del estrecho,no me he decidido en visitarlo......

Beatriz Montero dijo...

Burgalés en Edinburgh: te animo a visitarlo, merece la pena. Yo volveré en cuanto pueda.