domingo, 1 de febrero de 2009

El viento


El viento azota el norte de Tenerife. Las puertas de cristal de casa tiemblan. El sauce llorón del jardín y la palmera del vecino están doblados. Hemos atrancado la puerta de entrada con una silla. Llueve. El agua de lluvia se cuela por las rendijas de la puerta principal y de las ventanas que hemos tapado con toallas. Y el silbato del viento no cesa.

El tiempo ha enloquecido. Esta mañana tomaba un café al aire libre en una terraza del Puerto de la Cruz, mientras una pareja de alemanes se untaba crema solar por las piernas.

Pero no hemos vivido lo peor. Peancha dice que una vez al año, que suele ser en febrero, en el norte de la isla hay tales rachas de viento que se pide a la población que se atrinchere en casa unos días. Nada de compras en Carrefour, ni tomar el sol en la playa, ni ir al cine, ni copeo con los amigos. Es el momento de encerrar en el sótano a los enanitos del jardín, a la sirena de escayola que adorna la piscina, a la fuente de piedra cartón del jardín, y a la Virgen de la Candelaria sujeta por un clavo en el portón de la entrada, antes de que el viento caliente o el furioso mar los engulla.


11 comentarios:

Enrique Páez dijo...

Cuando el grajo vuela bajo
hace un frío del carajo.

Beatriz Montero dijo...

Jejeje que razón tienes poeta ;)

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Deja que sople, hasta que se lleve todas las malas ideas y quede solo la gente buena...

josef dijo...

Eso son auténtico huracanes!!!Espero que os vaya muy bien! Un saludo!

Anónimo dijo...

Nos hemos perdido ese aire huracanado, ¿o nos hemos librado de el ? que alivio.

Un beso-te.

DINOBAT dijo...

A veces hay que dejar que ese algo se lleve todo a su paso...luego de nuevo vivimos...

Arcángel Mirón dijo...

Acá, en Buenos Aires, el clima está cada vez más tropical: calores inverosímiles, tormentas repentinas, agresivas y fugaces.
Y eso no debe ser bueno.

Fernando Alcalá dijo...

Y no sé qué tiene el viento que, a pesar de todo, me apasiona y me encanta.

José Montero dijo...

El viento que todo lo arrastra. Hay que ver.

Mi vida en 20 kg. dijo...

Nosotros de recien casados nos fuimos a vivir al sur de Chile, a una isla llamada Chiloe, en esa area del pais son frecuentes los temporales y el viento.
Como yo tengo ese mal de la gente que habla mucho, mi pobre marido para no decirme "callate" me decia "escucha el viento"....despues de eso me volvi muda...jajajjaja un beso

Bibiana Fernández Simajovich dijo...

Hola Bea tanto tiempo:
sí que da miedo lo que contás, no se un poco de tormenta es romántico pero tanto...ataques de pánico hubiera tenido yo
Muchos muxus