martes, 2 de febrero de 2010

Temporal en Tenerife

Ayer llegamos del Festival de Narración Oral de Agüimes. Super contentos, con la mente nutrida de buenos cuentos, tres kilos de más, y dos novelas de Antonio Lozano en la maleta.

Llegamos a Santa Cruz después de hora y media de travesía en el barco. Menos mal que nos tomamos una biodramina. La montaña rusa se quedaba corta comparada con la travesía del viaje. Enrique se quedó dormido y roncó, qué facilidad tiene este hombre para descansar. Pero a mí el corazón me despertaba con cada salto de ola.

Lo peor nos esperaba en Santa Cruz, donde nos topamos con el temporal de cara. Carreteras inundadas, glorietas y aceras sepultadas bajo el lodo y el agua. Policías intentando organizar el tráfico aferrados a farolas, semáforos o lo primero que tenían cerca para no ser arrastrados por la corriente. Una riada venía desde las montañas para parar en la ciudad de Santa Cruz. Cada vez que pasaba un camión por nuestro lado, se nos cortaba la respiración porque la ola de agua que levantaba a su paso nos llegaba a la altura de la ventanilla. Creo que en el sur de la isla fue peor. Llegamos a temer que el agua inundara los bajos del coche y el motor dejara de funcionar.

Tardamos tres horas en llegar a casa, cuando ese mismo trayecto lo hacemos en cirusntancias normales en veinte minutos. La autopista estaba llena de piedras que la lluvia había arrastrado desde los barrancos.

Se me hizo extraño que hiciera tanto calor en la calle. Sigo asociando frío con lluvia y viento. Tuvimos que poner el aire acondicionado porque era imposible tener la ventanilla del coche abierta sin que entrara una trompa de agua dentro.

Menos mal que por donde vivimos apenas llovió. En cuestión de kilómetros cambia el clima. Es pasar la curva de Guamansa y ya vives en otra isla.

Nos ha llamado Elena Castillo para saber cómo estábamos. Ella lo pasó peor. Se inundó el garaje y el agua empezó a salir por el portal de su edificio hasta reventar la puerta metálica de entrada. Todos los vecinos fueron evacuados. Ella tuvo que pasar la noche en casa de unos amigos.
Ahora mismo acaba de parar el viento chillón. Mañana será otro día.

2 comentarios:

Emilio Montero dijo...

Bea lo que no os pase... Tu tiene nombre. Viste la foto que te mande del tranvía de Tenerife con el agua en las puertas?

Aun no puedo entender como sacaron los tranvías con lo que había.

Sigues buscando farmacias?
Emilio

Una ET en Euskadi dijo...

Impresionante el video y tu propia odisea
Impresionante que tu chico pueda dormir en un barco en semejantes condiciones meteorológicas (de haber estado yo allí, mis vómitos hubieran bajado cual riada tinerfeña)
Por suerte, y por lo que leí en el blog de Enrique, lo pasaron muy bien en el festival de Aguimes (todavía no sé poner las diéresis en los ordenatas)
Sos my fotogénica

PD: menos mal que no gané el concurso de centacuentos, sino hubiera sido yo la primera en protestar