Fui al médico por un extraño picor en la mano al pincharme con un cactus. Algo sin importancia, me dijo el médico de familia tras examinar mi dedo hinchado. Pero no debió de verlo tan claro cuando me envió al dermatólogo. Quiero una segunda opinión, me aclaró. Y cerró el libro de consultas. Me dieron cita para dentro de un 1 año y 10 meses. Volví a casa resignada. Pero al cabo de un mes regresé al consultorio médico. No solo no se me había ido el picor sino que se había agravado con un sarpullido de manchas blancas por todo el brazo. El médico tras examinarlo a cierta distancia me recetó un corticoide. Intentó tranquilizarme diciéndome que mi vida no corría peligro, y que en 1 año y 9 meses me vería el dermatólogo y todo se solucionaría.
Pero no fue así. Dos meses después la mano se había hinchado de tal manera que los dedos estaban pegados los unos a los otros como un muñón. Perdí la sensibilidad al calor y al frío y junto a las manchas blancas surgieron ampollas que se transformaron en pústulas. El picor no remitía y la infección era ya un ejército imparable que atacó mi cara y bajó amenazante hacia los pies. Mi cuerpo, un gran cilindro al que le salían tubos ramificados, estaba lleno de verrugas grises con puntos amarillos. El día que la primera pústula estalló, el dolor fue tan agudo que apreté de golpe los dientes sin poder evitar morderme la lengua que se partió en dos. Dejé de hablar. De la primera ampolla gris que reventó despuntó un pincho al que siguieron muchas más espinas por todo el cuerpo. Me desnudé frente al espejo y comprendí que me estaba convirtiendo en un cactus.
A duras penas caminé hacia el jardín. Cogí la azada con mis dedos deformados y cavé un agujero entre la hierba, al lado de los geranios. Y allí mismo, frente al mar, me planté.
Pero no fue así. Dos meses después la mano se había hinchado de tal manera que los dedos estaban pegados los unos a los otros como un muñón. Perdí la sensibilidad al calor y al frío y junto a las manchas blancas surgieron ampollas que se transformaron en pústulas. El picor no remitía y la infección era ya un ejército imparable que atacó mi cara y bajó amenazante hacia los pies. Mi cuerpo, un gran cilindro al que le salían tubos ramificados, estaba lleno de verrugas grises con puntos amarillos. El día que la primera pústula estalló, el dolor fue tan agudo que apreté de golpe los dientes sin poder evitar morderme la lengua que se partió en dos. Dejé de hablar. De la primera ampolla gris que reventó despuntó un pincho al que siguieron muchas más espinas por todo el cuerpo. Me desnudé frente al espejo y comprendí que me estaba convirtiendo en un cactus.
A duras penas caminé hacia el jardín. Cogí la azada con mis dedos deformados y cavé un agujero entre la hierba, al lado de los geranios. Y allí mismo, frente al mar, me planté.
11 comentarios:
No te preocupes, que yo te regaré y te pondré abono en los pies. Y dentro de un año y ocho meses te llevaré al dermatólogo, por si fuera algo serio.
:) Gracias, guapo. Acuérdate que a los cactus no se les riega mucho.
Qué texto más bueno, qué bueno.
Menos mal que tu sola has encontrado la solución la problema, que si llega a ser por la ss...
besicos en los cactus
Total... como te pones... por un sarpullido de nada.
¿Qué tendran los corticoides que en cuanto te descuidas... zas....corticoides?
En españa,. si te da un doble ataque al corazón con complicanción cerebral, no te mueres...Pero como te salga un sarpullido...¡ay amiga mía!Un sarpullido es otra historia :D
Gracias, Basilio. Me has vuelto a sacar los colores.
Pedro: Muchas gracias. Qué bien que te guste.
Belén: uf, La SS necesita más médicos. Aquí, en Canarias, hay listas de espera entre 15 meses hasta 2 años, dependiendo de la especialidad, pero de ahí no baja.
Nehmila: jajaja. Qué tendrá, qué tendrá, que en cuando te giras, ¡zasca! Mucho mejor tener un derrame cerebral, donde va a parar.
Quedate tranquila, para cuando llegue la primavera (no ésta sino la próxima) ya tendrás turno con el médico. Y serás un cactus florecido y sano.
Arcángel: si estoy sano, entonces vamos de lujo. Gracias.
Me parecio genial!!
Estoy de acuerdo con Basilio, tu no eres un cactus..
Ahora bien, veo que le tema de salud publica afecta a todos los paises sin distincion....
Un beso enorme y que Enrique no te ponga mucha agua.:)
Florecerás en diez años más. Felicitaciones.
Mi vida en 20 kg: Sï, aquí lo d ela lista de espera para el especialista médico es de mínimo1 año. Otro beso enorme para ti.
Abol: Muchas gracias y bienvenida a este blog.
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