jueves, 11 de septiembre de 2008

Vuelta al cole

Ana acaba de empezar, otro año más, sus clases de instituto en New York y a las 8:20 de la mañana ya se estaban pegando de leches dos chavales de 15 años en su clase. Eso es empezar con energía. Se necesitó la presencia de otra profesora, 2 deans y 3 policías para frenarles.

Lucía también inaguró sus clases en un instituto de Paris a broncas. Estaba de espaldas escribiendo una palabra en la pizarra cuando sintió un aluvión de objetos en la cabeza. Está bien –les dijo y se dio la vuelta- quién ha sido. Todos guardaron silencio. Lucía sabía quienes eran, ya le habían avisado otros profesores. Señaló a los dos supuestos autores y les sacó a la pizarra para que escribieran unas frases. Ella se sentó en uno de los pupitres y cuando los muchachos estuvieron de espaldas a la clase les arrojó bolígrafos, bolas de papel, rotuladores, gomas. Los otros alumnos la miraron y se dieron codazos entre ellos hasta que los dos chicos se dieron la vuelta mosqueados y Lucía disimuló como si tal cosa. Seguid escribiendo–les dijo.

4 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Toda mi solidaridad a los muchos profesores que se ven representados en texto... Jo.

igor dijo...

hay que tener mucho amor dentro para ser fuerte y apostar por poner el amor por delante en esos momentos tan chungos de los profes..., al menos para que la respuesta no sea el castigo.
Para mí es de los trabajos que más aprecio en la vida.
Este verano vi "Memorias de Queens" y aprendí lo importante que es el concepto del abandono en estos dramas juveniles, historias tristes tan difíciles de solucionar, en una sociedad que empuja a los chavales hacia la violencia y luego no tiene recursos para tratar de mejorar las cosas...

josef dijo...

Es muy difícil ser profesor, muy muy complicado y difícil...Me gustó este post. Un saludo bea.

Bibiana Fernández Simajovich dijo...

Lo que hizo Lucía me parece genial. Es educar la empatía. Por supuesto que hay otra forma de enseñarla, a lo mejor menos violenta o más elegante, pero si estos chicos llegaron a la escuela, a esa edad, todavía con esa actitud, lo urgente supera a lo importante y a esa altura era urgente que les quedara claro de una vez por todas.
Chapó