Tiré el alma a la basura. Pero cuando la vi ahí, entre cáscaras de huevo, manchada de tomate y salsa de ostras me dio pena. La recuperé y la puse bajo el grifo para limpiarla. Soy una romántica, lo sé, qué le vamos a hacer. Y con el alma en la mano vi una oferta de Carrefour de esas de 3x2: si compraba dos almas me regalaban una más. Y qué hacía yo con tantas almas en casa, me pregunté. Y sobre todo qué hacía con ese alma mojada y lánguida en la mano. Podía llevarla como repuesto en el bolso junto a las compresas. Pero acabaría la pobre hecha un asquito, arrugada y manchada de carmín. No sé cómo pero todo lo que lleva más de dos meses dentro de mi bolso acaba manchado de pintalabios rojo. Es un misterio.
Como decía, llevar el alma en el bolso no era tan buena idea. Con lo que pesa un alma, como para llevar siempre dos encima, una pegada al cuerpo como garrapata y otra en el bolso. Uf, ni hablar.
Tampoco tenía tan claro eso de querer cambiarla. El alma como los pianos, cuanto más viejos más valor toman. La miré, parecía una patata vieja y consumida. Y decidí llevarla al médico para que la revisara y le hicieran un scanner. Pero el médico me respondió que lo que tenía era un virus que afectaba al alma y que llevaba tiempo circulando por la zona, así que de radiografía nada de nada.
- ¿Y ya está? -le pregunté- ¿no quiere auscultarla o hacerle un análisis de suspiros?
- Nada, nada -me respondió con un apretón de manos-, reposo, reposo y reposo durante dos días. Esa es la mejor cura.
Volví a casa con esa patata arrugada por alma y le di vueltas entre las manos sin saber si congelarla envuelta en celofán o volvérmela a colgar a la espalda. Me decidí por lo primero y la congelé. Después de dos días la recuperé del congelador y la dejé despertar al calor del sol apoyada en la repisa de la ventana. Cuando se descongeló tomó una forma arrugada y se encogió hasta ser como una pasa con un color marroncete sospechoso. Olía a carne podrida. Así que cerré los ojos, la tiré a la basura e hice un nudo a la bolsa.
De todo esto hace ya seis días y desde entonces no la echo de menos. El cuerpo me pesa menos y dejé de tener dolor de cabeza por su culpa. Y ahora que leo en una revista que el alma es espiritual e inmortal me da por reír. A quién pretenden engañar.
Como decía, llevar el alma en el bolso no era tan buena idea. Con lo que pesa un alma, como para llevar siempre dos encima, una pegada al cuerpo como garrapata y otra en el bolso. Uf, ni hablar.
Tampoco tenía tan claro eso de querer cambiarla. El alma como los pianos, cuanto más viejos más valor toman. La miré, parecía una patata vieja y consumida. Y decidí llevarla al médico para que la revisara y le hicieran un scanner. Pero el médico me respondió que lo que tenía era un virus que afectaba al alma y que llevaba tiempo circulando por la zona, así que de radiografía nada de nada.
- ¿Y ya está? -le pregunté- ¿no quiere auscultarla o hacerle un análisis de suspiros?
- Nada, nada -me respondió con un apretón de manos-, reposo, reposo y reposo durante dos días. Esa es la mejor cura.
Volví a casa con esa patata arrugada por alma y le di vueltas entre las manos sin saber si congelarla envuelta en celofán o volvérmela a colgar a la espalda. Me decidí por lo primero y la congelé. Después de dos días la recuperé del congelador y la dejé despertar al calor del sol apoyada en la repisa de la ventana. Cuando se descongeló tomó una forma arrugada y se encogió hasta ser como una pasa con un color marroncete sospechoso. Olía a carne podrida. Así que cerré los ojos, la tiré a la basura e hice un nudo a la bolsa.
De todo esto hace ya seis días y desde entonces no la echo de menos. El cuerpo me pesa menos y dejé de tener dolor de cabeza por su culpa. Y ahora que leo en una revista que el alma es espiritual e inmortal me da por reír. A quién pretenden engañar.
14 comentarios:
Pero vamos a ver, ¿la echaste al contenedor azul de papeles viejos, al de residuos orgánicos, o al de latas y plásticos? Esas cosas contaminan mucho, hay que andarse con ojo.
Ay, madre. Ahora dudo. Creo que lo tiré en el cubo ese verde donde no pone nada. El cubo de toda la vida, de los antiguos, donde se puede mezclar orgánico, plástico, metal, vidrio y material nuclear.
Pues mira que yo la he buscado veces sin encontrarla...
ahora necesitas una nueva alma. besos.
¡QUE BUEN RELATO! ¡CUANTA FANTASIA!
Mira las casualidades de la vida, yo hace un tiempo que me estoy dando cuenta de lo inútil que soy para escribir otra cosa que no sea sobre lo que veo ¡Con lo que me gustaría escribir cuentos infantiles! Pero tengo sulfatada la fantasía...y ahora leo esto que es el tipo de relato que a mi me gustaría escribir, y na' chica tendré que conformarme con mis limitaciones..
Congratuleishons
Uy a mi me dio penita....
Se pone así de tanto sobarla. Deja que se la lleve el camión de la basura.
Cuánto dolor, Beatriz. Debe ser un impulso muy poderoso el que motive a alguien a deshacerse de su alma, no obstante su estado. Tal vez golpes de la vida, como indicara Vallejo. Tus palabras fueron terriblemente hermosas y hermosamente terribles. Comparto contigo un poema:
"Continuo"
Con cada estremecimiento
abrimos puertas de quienes vamos siendo
cerrando otras
ahora guardianas de cuanto hemos sido
Abismo se llama nuestra morada
cuyo lenguaje más profundo
es de flor oscura y filo luminoso
Una existencia es la del rostro;
la otra, desde muy dentro
sacude hojas y raíces
aún sin darnos cuenta
Balbuceamos bocetos
con un lápiz de sangre
Entonces?, desalmada? o simplemente buscando razones para ponerle sentido al quehacer de la vida....
Mi alma se la pasa arrugada y trato de no mojarla porque encoje. A veces una planchadita ayuda pero al final termina arrugada
Es que no hay que creerse todo lo que digan en las revistas. A mí me dijeron que me iba a tocar la lotería y, mira, aquí sigo.
Qué bonito, Bea. Me ha gustado un montón. Pero yo de ti la buscaría en el contenedor y la volvería a limpiar. En invierno sin alma se pasa fatal. Te lo digo yo.
Un besote y felicidades por tu cuento.
Un relato excelente, sin duda me llegó al alma. Lo cual me recuerda que yo también escribí un relato sobre el alma de mi hermano; en cuanto lo suba te aviso. Ah y saludos después de - mis y tus - vacaciones.
Has hecho bien, Bea! Nos tienen engañados, con una tan sobada no se puede vivir, es mejor empezar de cero, que si es inmortal ya se reencarnará en tu alma nueva... nos han contado muchos cuentos (pero ninguno tan hermoso como este).
Un besazo desde el otro lado del mundo
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