En una escapada a la ciudad de Higüey, nos montamos en un autobús local y nada más arrancar el conductor apagó la radio y empezó a hablar un predicador:
-Vamos a darle gracias a Dios para que tome el poder del volante. Demos gracias a Dios para que tome el cuerpo del conductor. Gracias Dios.
Ostris -pensé- a que nos matamos.
-Demos gracias a Dios porque lleguemos sanos y salvos a nuestras casas, a nuestros trabajos. Gracias Señor. Dice la palabra: estamos en el mundo por un milagro de Dios.
Ya sabía yo que lo de las cigüeñas no era un cuento.
6 comentarios:
Y la Direccion General de Trafico malgastando su presupuesto en campanas de prevencion de accidentes, cuando con un predicador hubiera bastado! Como se entere Rouco Varela!
Bueno, bueno... conductor poseído y bendecido. Supongo que, además, trabajaría gratis y por amor al trabajo bien hecho...
Demos gracias a Dios porque los predicadores no se montan a nuestros autobuses (o se montan pero no predican, gracias a Dios)
Demos gracias a Dios por el Kamasutra y los record Guiness (Ah! no por los Guiness no)
Dice la palabra: Relajate y goza que la "asstinencia" no es buena
Bueno no se si todo esto previene accidentes de tráfico, pero que es un buen consejo, es un buen consejo (que me lo desmienta Dios si se ateve)
LLegaron sanos y salvos ¿no? ¡Ay que alivio Dios mío!
Y gracias a Dios resulto y ya estan en españa sin problemas....aleluya, gracias a Dios.
Madre mía, si yo cuando me subo a un autobús ya me mareo, con esa cantinela acabaría ya muertito del tó
¿Qué tal fue la fiesturri que me perdí? (Dios no estuvo de mi lado, tendré que viajar más en autobuses dominicanos)
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