jueves, 28 de febrero de 2013

Romances


Durante cinco años estuve recitando este romance y otros en el Museo Arqueológico Nacional (Madrid, Spain). El romancero nació en España y fue creado puntual e individualmente por autores cultos de los que no conocemos la identidad. Su difusión fue colectiva, como dice la escuela de Menéndez Pidal, no es extraño que la forma más antigua de transmisión y la que más ha durado en el tiempo y en el espacio sea la oral. 

La fecha exacta del origen del romancero se desconoce pero algunos estudiosos lo sitúan a principios del S. XIV basándose en uno de los romances más antiguos de los que se tiene constancia “Válasme nuestra Señora” en el que se menciona a Fernando IV el Emplazado.

La mayor parte de los romances han llegado hasta nosotros gracias a la oralidad y también a los pliegos sueltos (cuatro hojillas plegadas de forma que resultaban ocho páginas a doble columna) donde se escribieron estos romances orales. Tienen una métrica muy definida: versos octosílabos y asonancia de los versos pares.

El romance de Gerineldo, que podéis ver en el video, es del S. XVI, periodo de consolidación del romance. Es quizá este romance de Gerineldo uno de los romances más difundidos en la tradición oral del romancero debido a sus sencillos versos y a los elementos folklóricos que traen a la mente otras narraciones similares. 

La historia de amor entre Gerineldo y la princesa deja entrever el comportamiento psicológico de sus personajes: la turbación del paje, la picardía de la princesa o la ira del rey. Y traza un simbolismo erótico cuando habla de “juegos y deleites” y “del jardín y la rosa”.

Los principales rasgos estilísticos de los romances son:
  • Diálogos que dan paso a la acción, o que sirven para saludar o invocar a los personajes.

 -Como soy vuestro criado,
señora, burláis conmigo.
 -No me burlo, Gerineldo, 
que de veras te lo digo.
  • Fórmulas adverbiales que indican circunstancias y fórmulas que identifican a un personaje.
- Aprisa llama a su paje 
pidiéndole los vestidos.
  • Fórmulas que expresan una emoción o estado emocional. 
Despertado había el rey 
de un sueño despavorido 
  • Repetición de palabras y sintagmas en versos sucesivos.
 -Abráisme, la mi señora,
 abráisme, cuerpo garrido.
  • Precisión temporal 
-Entre las doce y la una,
que el rey estará dormido. 


Para ver la letra del romance de Gerineldo sigue leyendo....

 Romance de Gerineldo 
 -Gerineldo, Gerineldo 
paje del rey más querido, 
¡quién te tuviera esta noche 
en mi jardín florecido! 
¡Válgame Dios, Gerineldo,
 cuerpo que tienes tan lindo! 
-Como soy vuestro criado, 
señora, burláis conmigo- 
-No me burlo, Gerineldo, 
que de veras te lo digo. 
-¿Y cuándo señora mía, 
cumpliréis lo prometido? 
-Entre las doce y la una, 
que el rey estará dormido. 
Media noche ya es pasada 
Gerineldo no ha venido
 -¡Oh malhaya, Gerineldo, 
quien amor puso contigo! 
-Abráisme, la mi señora,
 abráisme, cuerpo garrido. 
-¿Quién a mi estancia se atreve?
 ¿Quién llama así a mi postigo? 
-No os turbéis, señora mía,
 que soy vuestro dulce amigo. 
Tomáralo por la mano 
y en el lecho lo ha metido. 
Y entre juegos y deleites
 la noche se les ha ido, 
y allá hacia el amanecer
 los dos se duermen vencidos. 
Despertado había el rey 
 de un sueño despavorido: 
Aprisa llama a su paje
 pidiéndole los vestidos: 
-¡Gerineldo, Gerineldo, 
el mi paje más querido! 
Tres veces le había llamado, 
a ninguna ha respondido. 
Puso la espada en la cinta, 
adonde la infanta ha ido; 
vio a su hija, y a su paje 
como mujer y marido;
¿Mataré yo a Gerineldo,
 a quien crié como niño? 
Pues si matare a la infant
 mi reino estará perdido. 
Pondré mi espada por medio
 que me sirva de testigo;
 Y salióse hacia el jardín 
sin ser de nadie sentido.
 Rebullíase la infanta 
tres horas ya el sol salido;
 con el frior de la espada
 la dama se ha estremecido.
 -Levántate, Gerineldo, 
Levántate, dueño mío:
 la espada del rey mi padre,
 entre los dos ha dormido.
 -¿Y adónde iré, mi señora,
 que del rey no sea visto?
 -Vete por ese jardín 
cogiendo rosas y lirios; 
pesares que te vinieren
 yo los partiré contigo.
-¿Dónde vienes, Gerineldo,
 tan mustio y descolorido?
 -Vengo del jardín, buen rey,
 de ver como ha florecido;
 la fragancia de una rosa
 la color me ha desvaído.
 -De esa rosa que has cortado
 mi espada será testigo
. -Matadme, señor, matadme,
 bien lo tengo merecido. 
Ellos en estas razones,
 la infanta a su padre vino:
 -Rey y señor, no le mates
 más dámelo por marido;
 o si lo quieres matar
 la muerte será conmigo.

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